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El dibujo a lápiz es esencial


Para dominar cualquier modalidad de pintura es esencial primero aprender a dibujar a la perfección. Sin un buen dibujo a lápiz que sirva como base difícilmente quedará bien un cuadro realizado con témperas, por ejemplo. Para aprender a utilizar bien el grafito no existe otro método que hacer cientos y cientos de dibujos. La práctica es lo más importante. Ésta nos conferirá con el tiempo la destreza y habilidad necesarias para hacer un buen trabajo. Las técnicas se pueden ir aprendiendo poco a poco mediante la experiencia, la observación y la realización de ejercicios de libros didácticos.


El primer paso en el proceso de dibujo es el esbozo. El esbozo es un dibujo esquemático que representa la idea general de lo que queremos desarrollar en el futuro. Se empieza por la silueta de la figura en cuestión intentando en todo momento mantener las proporciones. La proporción es el factor más importante y decisivo y es lo más difícil de representar. Una vez tenemos la idea general dibujada no debemos parar de retocar todos aquellos trazos que no se ajusten a la realidad. Si la proporción del dibujo es correcta no hace falta borrar demasiado, basta con corregir las líneas antiguas con nuevos trazos más fuertes. Si consideras que ya has obtenido el resultado que deseabas, entonces solo hace falta reseguir el dibujo con una única línea fuerte, continua y segura. Si miráis el esbozo de la rana de arriba y ampliáis la imagen podréis ver la gran cantidad de trazos realizados antes de obtener la figura definitiva. Aún faltaría un último paso: deslizar suavemente una goma de borrar por encima para eliminar todos aquellos trazos indeseados que no queremos que se vean y dejar la silueta impecable. A partir de aquí ya podemos proceder a sombrear la imagen, a pintarla o lo que nos apetezca.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

que bien
muybien vato lotomare en cuenta

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